Porque si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, su Padre que está en el cielo los perdonará también a ustedes; Pero si no perdonan a otros, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus pecados.
Mateo 6: 14-15 (DHH)
Es un hecho que en la vida serás lastimado por otros; a veces intencionalmente, a veces involuntariamente, porque al igual que nosotros, todas las personas con las que nos relacionamos son imperfectas. Pero según manejes el dolor de una herida, traición o lastimadura, determinará la paz que vas a experimentar. Al acto de reprimir el dolor de una ofensa y aferrarte a él, se le llama resentimiento. Si en el pasado alguien te lastimó y constantemente lo haces presente a través de tus pensamientos y recuerdos, lentamente y poco a poco estás envenenando tu vida.
Ya hemos escuchado en muchas ocasiones los daños que el resentimiento puede ocasionar a la salud física o emocional; de cómo afecta tú autoestima, como llena el corazón de miedo, enojo, depresión, además de ser el ingrediente que dispara algunas afecciones crónicas incluyendo cáncer. Así que, por tu propia salud y felicidad, debes aprender a perdonar.
El perdón no es un sentimiento sino una decisión que tomas para perdonar el daño que se te hizo. Es dar gracia o misericordia a alguien que no lo merece. Perdonar, es la oportunidad que se nos brinda para ser perdonados.
La Biblia registra las palabras de Jesús a este respecto: "si no perdonas a los demás, entonces tu Padre no perdonará los males que has cometido". Están interrelacionados. Cuando alguien dice "¡No puedo perdonar a esa persona! Me ha lastimado mucho". Entonces, espero que ella nunca peque, nunca lastime a nadie y que en ningún momento necesite ser perdonada.
Jesús murió en la cruz no solo por tus pecados, sino por los de todo el mundo, incluyendo a aquellos que te han lastimado. Si El ya pagó por eso, ¿Crees que todavía se te debe algo? Si aceptas que él pague con Su sacrificio lo que los demás te deben, te darás cuenta que estás recibiendo muchísimo más de la cuenta pendiente y que no hay forma de regresar el cambio. Ni con tu vida.
Sé que “perdonar y soltar el resentimiento” es más difícil de lo que se escucha, y no existe un app que podamos descargar hoy en día, capaz de borrar el rencor de nuestra mente. Pero, ¡No la necesitamos! Lo que Dios nos regala en su amor nos ayuda a descargar y deshacernos de heridas del pasado. Puedes confesarle en oración tu dolor, y pedirle que sane tu corazón, que te ayude a perdonar. El perdón borrará la cinta de video de esa herida que en la memoria se sigue reproduciendo una y otra vez.
Y por último, cuando dejamos de lado nuestras heridas y perdonamos a los demás, estamos reflejando la gracia de nuestro Padre celestial que nos perdonó y continúa perdonándonos. También significa que le hemos dado a Dios nuestra voluntad; que le hemos entregado nuestras vidas; y, al hacer eso, le adoramos.
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