Los trabajadores se están cansando, y los escombros que quedan por sacar son demasiados. Jamás podremos construir la muralla por nuestra cuenta. Nehemías 4:10 (NTV)
En muchos momentos de nuestra vida nos llega el desánimo. Cuando a nuestro alrededor suceden cosas que nos afectan, no tenemos el ánimo ni las fuerzas para seguir adelante, hoy quiero que veamos qué nos dice a este respecto el profeta Nehemías, este gran líder del antiguo Israel quien después de haber estado cautivo en Babilonia, obtuvo permiso para regresar a Jerusalén y reconstruir los muros de la ciudad.
En su propia experiencia, Nehemías entendió que había cuatro razones por las que una persona se desalienta.
Primero; te sientes fatigado. Simplemente te sientes cansado; pierdes las fuerzas, como lo hicieron los trabajadores en Nehemías 4:10. Somos seres humanos y nos agotamos, más aún, cuando después de un gran esfuerzo no se ven los resultados que esperamos. Por lo tanto, si estás desanimado, es posible que no tengas que cambiar nada. ¡Solo necesitas relajarte! A veces lo más espiritual que puedes hacer es ir a la cama y descansar.
Segundo; te sientes frustrado. Nehemías dice que había tantos escombros alrededor, que obstaculizaban la reconstrucción del muro. ¿Tienes escombros en tu vida? ¿Te has dado cuenta que cuando limpias tu casa y mueves los muebles, la basura comienza a acumularse y todo alrededor es un caos? Recuerda que antes de construir algo nuevo, hay que sacar primero los escombros, lo que no sirve… la basura.
¿Qué son los escombros en tu vida? Es esa falta de entrega, de pasión por el Señor, la indiferencia, apatía espiritual, pereza, falta de compromiso. Todo aquello que te impide lograr lo que Dios te ha llamado a hacer...
Tercero; crees que has fallado. La gente de Nehemías no pudo terminar su tarea tan rápido como lo planeó originalmente y, como resultado, su confianza colapsó. Estaban pensando: "Fuimos muy tontos al pensar que alguna vez podríamos reconstruir este muro". Cuando algo no te sale bien, piensas que el problema está en ti.
Cuando no puedas lograr un objetivo a tiempo, sólo establece uno nuevo, pero no te rindas. Todos hemos fallado alguna vez, todos nos hemos sentido tontos o frustrados en algún momento por no poder lograr nuestros objetivos. Entonces, el problema no es que hayas fallado, sino la actitud que vas a adoptar ante esa situación.
Cuando las cosas te salen mal ¿Te entregas a la autocompasión? ¿Empiezas a culpar a otras personas? ¿Te quejas y piensas que no hay nada más que se pueda hacer? O, ¿te enfocas en los planes y propósitos que Dios tiene para ti y empiezas de nuevo?
Finalmente, cuando te entregas al miedo, te desanimas. Nehemías 4 sugiere que las personas más afectadas por el miedo son las que se encuentran alrededor de personas negativas. Por eso, si vas a controlar los pensamientos negativos en tu vida, debes alejarte de las personas negativas tanto como puedas.
Tal vez hoy tú estés desanimado por el miedo. Quizá estás lidiando con miedos que te hacen sentir: "No puedo manejar esto. Es demasiada responsabilidad". Probablemente sea el miedo de sentir que no te lo mereces, el miedo a la crítica o el miedo al futuro.
El miedo destruirá tu vida si lo dejas. Pero puedes optar por resistir el desaliento. Lo mejor que puedes hacer es hablar con Dios y decirle: "Dios, ayúdame a quitar mis ojos del problema, de las circunstancias, y mantén mis ojos puestos en ti y en tus promesas que son fieles y verdaderas.
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